Ese día fue hoy. El local está anidado en el zaguán entre un edificio y una lavandería; un letrero hecho en bolígrafo sobre papel anuncia que usted ha llegado a "Super Chicken". El propietario cocina al aire libre, en la vereda y es de aquella gente que se le derrama la amabilidad, con quienes da gusto conversar. Pedí un dólar de platanitos fritos, que fueron cocidos a pedido, en aceite vegetal. Solo un poco de sal para aderezar y, desde una bolsa de plástico azul, disfrutamos mientras seguimos nuestro camino de una de las delicias más suculentas de nuestra cultura.
El crujiente tueste característico de esta fruta (llamada oro verde) es algo difícil de explicar. Es llegar a casa. Es la abuela consentidora. Es el final de una tarde de juegos. Es la carrera del equipo de casa dejando tendido en el terreno a los visitantes. Es la magia de mirar el cielo a través de las ramas de un árbol de corotú. Es río, playa, carretera, carnavales, fiesta patronal. Es amor.
El crujiente tueste característico de esta fruta (llamada oro verde) es algo difícil de explicar. Es llegar a casa. Es la abuela consentidora. Es el final de una tarde de juegos. Es la carrera del equipo de casa dejando tendido en el terreno a los visitantes. Es la magia de mirar el cielo a través de las ramas de un árbol de corotú. Es río, playa, carretera, carnavales, fiesta patronal. Es amor.

(Campo Lindbergh está ubicado en el corregimiento de Juan Díaz en la ciudad de Panamá, Panamá).
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